Todos tenemos referentes en la vida. Y, no sé por qué, pero parece que se hace raro que la gente tenga referentes más jóvenes que ellos mismos, ¿verdad? Como si una persona solo pudiera ser un referente para alguien cuando ya se encuentra en la última etapa de su vida. Pues, sinceramente, no le veo el sentido. De hecho, hoy os vengo a hablar del mío, y con este dato ya os podéis ir haciendo una idea de las canas que peino.
El Cholo Simeone (el entrenador del Atlético de Madrid, por si hay algún poco-futbolero en la sala) es una de esas personas que deja huella por donde pasa, más allá de los títulos, la pasión y la épica. Y lo hace por una filosofía que, aunque no es exclusivamente suya, si ha conseguido llevar a la práctica hasta las últimas consecuencias.
Ese partido a partido encierra mucho más que una victoria tras otra, es un grito al viento de que hay que darlo todo hasta el final, siempre, pase lo que pase.
Yo también soy de los que piensan que hay que ir partido a partido. Y servicio a servicio. Y poco a poco, pero siempre a tope.
“Y seguir coronando montañas, y seguir conquistando escaleras”, como dice la canción.
El Cholo Simeone (el entrenador del Atlético de Madrid, por si hay algún poco-futbolero en la sala) es una de esas personas que deja huella por donde pasa, más allá de los títulos, la pasión y la épica. Y lo hace por una filosofía que, aunque no es exclusivamente suya, si ha conseguido llevar a la práctica hasta las últimas consecuencias.
Ese partido a partido encierra mucho más que una victoria tras otra, es un grito al viento de que hay que darlo todo hasta el final, siempre, pase lo que pase.
Yo también soy de los que piensan que hay que ir partido a partido. Y servicio a servicio. Y poco a poco, pero siempre a tope.
“Y seguir coronando montañas, y seguir conquistando escaleras”, como dice la canción.